Fundamentalmente vehemente, apasionado, sincero, sin mala fe, capaz de retractarse frente a un equivoco, los que cuando cometía, tenían en sus acciones o dichos, la candidez de un niño, sin segundas intensiones.-
Así era nuestro querido Paolo, quien desde hace más de diez años vine postergando su partida a la celestial vida, luchando por permanecer junto a sus seres queridos, entre ellos, cuento a nuestros Dogos Argentinos. Ya está, emprendió su marcha al cielo, seguro, siempre será un celoso guardián desde lo alto de su querida Raza.
Paolo, siempre estarás en nuestro recuerdo, tus amigos Dogueros del mundo, te brindan este último saludo terrenal. Fervientemente, deseamos encontrarte algún día, en tu nueva casa, la de Dios, quien te protegerá y mantendrá a su lado, con seguridad.-
